Si tu empresa es de reducida dimensión, reducir la amortización contable puede beneficiarte. Pero si no lo es, es posible que soporte un mayor coste.
Consecuencias fiscales de amortizar menos
Es posible
Las tablas oficiales de amortización facilitan unos porcentajes de amortización mínimos y máximos para cada tipo de activo. En este sentido, las empresas pueden cambiar los porcentajes de un año a otro dentro de dichos límites.
Ejemplo. Si un activo tiene un coeficiente mínimo del 5% y máximo del 10%, un año se puede aplicar una amortización del 10% y al año siguiente del 5%.
Coste financiero
Por tanto, si en 2022 su empresa va a incurrir en pérdidas o si sus beneficios son bajos, reducir las amortizaciones le permitirá mejorar los resultados y, posiblemente, evitar una imagen negativa frente a bancos y proveedores.
¡Atención! Sin embargo, antes de tomar esta decisión tenga en cuenta las implicaciones financieras, ya que, si su empresa no es de reducida dimensión, al disminuir la amortización estará anticipando el pago del Impuesto sobre Sociedades:
- Es cierto que la amortización que no practique este año podrá aplicarse en el futuro. No obstante, estará difiriendo el cómputo de un gasto y anticipando el pago del Impuesto sobre Sociedades, con el consiguiente coste financiero.
- Para un activo adquirido en 2021 por un millón de euros y con un coeficiente de amortización mínimo del 5,5% y máximo del 12%, aplicar la amortización mínima en 2022 (volviendo a la máxima en 2023 y en los años siguientes) puede suponer un coste financiero que podría llegar a ser de hasta 4.264 euros (para un tipo de interés del 5%).
Reducida dimensión
Este efecto negativo no se producirá si su empresa es de reducida dimensión (es decir, si su cifra de negocios no alcanza los diez millones de euros anuales); aplicar contablemente la amortización mínima no supondrá diferir un gasto ni anticipar el pago de impuestos:
- Respecto a los activos nuevos, las empresas de reducida dimensión pueden deducirse fiscalmente –es decir, mediante un ajuste extracontable en su declaración del Impuesto sobre Sociedades– una cifra de hasta el doble de la resultante de aplicar el coeficiente máximo.
- Por tanto, sea cual sea la amortización contable, la amortización fiscal será la misma, por lo que su empresa no soportará ningún coste financiero por aplicar la amortización mínima en su contabilidad. De hecho, haciéndolo mejorará la imagen de su balance.
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Fuentes: ApuntesyConsejos
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