Qué es la transformación digital?
La transformación digital no es más que la renovación de un negocio a partir de la tecnología.
4 creencias erróneas sobre transformación digital
Sólo se trata de adquirir tecnología
Si bien es cierto que la tecnología tiene un papel fundamental en cualquier proceso de transformación digital, no es menos cierto que no se trata únicamente de hacerse con el último modelo de ordenador o la versión más moderna de un programa informático.
A la hora de afrontar un proceso de renovación tecnológica en una empresa, no importa cuál sea su tamaño o volumen de negocio, se tienen que tener en cuenta los siguientes factores:
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- tiene que ser una inversión y no un gasto cuyo retorno se ha de medir en base al ahorro de tiempo y costes en los procesos operativos de la empresa
- ha de llevar consigo un cambio en la forma de trabajar y en las funciones/tareas de los empleados
- la mejora de la productividad derivada ha de suponer una mejora en la posición competitiva de la empresa
- conlleva la posibilidad de dar una mejor atención al cliente y fomenta la formación continua entre los empleados
Sólo es para grandes empresas
Una reacción muy característica de negocios pequeños es pensar que esto de la transformación digital no va con ellos, que es algo para empresas grandes.
La realidad es bien distinta:
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- todas las empresas se han de adaptar tarde o temprano. Por mucho que se resistan la evolución tecnológica siempre les acaba llegando
- la evolución de la tecnología durante los últimos años hace que su coste sea perfectamente asumible por cualquier empresa por lo que ya no es excusa para eludir la transformación en empresas pequeñas o incluso autónomos
- sea cual sea el tamaño, el uso de la tecnología siempre representa un factor diferencial frente a la competencia
- pequeño ya no es sinónimo de tradicional, el Cloud (la nube) ha representado una democratización de la tecnología que permite dimensionar el uso de la tecnología en función de las necesidades de cada empresa.
Sólo se trata de vender los mismos productos o servicios online
Muchas empresas todavía hoy creen que, estar al día tecnológicamente hablando, consiste en publicar en su página el contenido de sus folletos o catálogos en papel junto con sus datos de contacto (dirección, email, teléfono, etc) y actualizar su contenido cada temporada.
Sin embargo:
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- “ya tengo una página web” no implica tener una empresa transformada si hace más de 1 mes que no he actualizado su contenido
- “mi hijo me ha hecho un perfil en Facebook para la empresa” tampoco es tener una empresa transformada si gestiono la página de Facebook de mi empresa igual que la página personal pero con menor dedicación
- Transformar digitalmente una empresa no implica únicamente ofrecer online los mismos productos o servicios a los clientes de siempre sino ofrecer nuevos productos que no sabía que podría vender a nuevos clientes que no sabía que podría tener
Conlleva sustituir empleados por máquinas o dispositivos
La idea de que invertir en máquinas u otros dispositivos tecnológicos implica necesariamente prescindir de empleados no es nueva pero se mantiene en la mente de empresarios y trabajadores.
Aunque resulta imposible negar la evidencia, en muchos casos la ecuación más tecnología = menos empleados no siempre se cumple.
Las razones principales para combatir esta creencia generalizada son las siguientes:
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- el uso de la tecnología permite a los empleados dedicar menos tiempo a tareas administrativas que aportan poco valor añadido a su trabajo
- la automatización de tareas poco productivas permite dar un mejor servicio al cliente al disponer de más tiempo para poder asesorarle de manera efectiva
- en la medida en que se puedan optimizar los costes a partir de la automatización de tareas derivada del uso de la tecnología, se generarán más ingresos con una contribución mayor a beneficios que permitirán mantener un mayor número de puestos de trabajo e incluso generar otros nuevos
Conclusión: renovarse o morir
La transformación digital ha llegado para quedarse.
Lo irónico del asunto es que se ha instalado primero en nuestra vida personal en la forma de dispositivos móviles (Samgsung, Apple, Huawei, Xiaoming), redes sociales (Facebook, Instagram, Tinder) o compras online (Amazon, AirBnB, Booking).
Resulta razonable pensar que los cambios derivados de la aparición de nuevos móviles que sirven para casi todo cuando hace no tantos años únicamente se utilizaban para hablar por teléfono; o los cambios que Facebook y el resto de redes sociales han provocado en nuestra forma de comunicarnos con otras personas; o los que Amazon y otras tiendas online han originado en nuestra forma de comprar no van a alcanzar a nuestra vida profesional.
Es difícil no pensar que cambios parecidos van a llegar más pronto que tarde a nuestro entorno laboral y que las empresas que se resistan a ellos sufrirán un impacto cada vez mayor en sus ingresos y beneficios que les llevarán a ceder o desaparecer. Renovarse o morir.
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