La prescripción de impuestos es un aspecto fundamental que las empresas deben tener en cuenta para mantener su situación tributaria en orden y evitar posibles sanciones. Hacienda dispone de un plazo específico para comprobar la situación fiscal de una empresa, pero es importante conocer las excepciones y los casos en los que este plazo puede verse interrumpido.

Plazo General de Prescripción de Impuestos
Cuatro años de plazo general
El plazo general para la prescripción de impuestos es de cuatro años. Esto significa que Hacienda tiene un periodo de cuatro años para comprobar las autoliquidaciones de impuestos presentadas por la empresa. Del mismo modo, la empresa también cuenta con ese mismo periodo para rectificar dichas autoliquidaciones en caso de ser necesario.
Es crucial entender que este plazo comienza a contar desde el día siguiente al final del plazo reglamentario para presentar la declaración, sin importar si la declaración se presentó antes. Por ejemplo, si una empresa presenta su declaración del Impuesto sobre Sociedades (IS) el 10 de julio, el plazo de prescripción comenzará el 26 de julio, que es el día siguiente a la finalización del plazo general de presentación.
Plazos Especiales de Comprobación
Diez años para bases y deducciones
En ciertos casos, el plazo de comprobación puede extenderse más allá de los cuatro años. Esto ocurre principalmente al verificar bases o cuotas compensadas, pendientes de compensación, o deducciones aplicadas o pendientes de aplicación. En estos casos, Hacienda puede iniciar una comprobación dentro de los diez años desde que dichas partidas se generaron y declararon.
Es esencial que la empresa conserve la autoliquidación del impuesto correspondiente y la contabilidad al menos hasta que haya prescrito el plazo de comprobación del último ejercicio en el que las bases o cuotas se compensen y las deducciones se apliquen. Esto asegura que la empresa esté preparada en caso de que Hacienda decida realizar una comprobación dentro de ese periodo extendido.
Interrupciones del Plazo de Prescripción
Interrupciones por parte de Hacienda
El plazo de prescripción puede interrumpirse si Hacienda notifica cualquier actuación relacionada con la declaración de la empresa. Esta notificación puede estar relacionada con el reconocimiento, regularización, comprobación, inspección, aseguramiento o liquidación de impuestos. Es importante destacar que esta interrupción ocurre incluso si la resolución del procedimiento es favorable para la empresa.
Por ejemplo, si Hacienda revisa el IVA deducido por la empresa en el cuarto trimestre de 2022 y la comprobación finaliza con una resolución favorable notificada el 15 de julio de 2024, Hacienda tendrá hasta el 15 de julio de 2028 para verificar otros aspectos no revisados previamente.
Interrupciones por obligaciones conexas
La interrupción del plazo de prescripción también puede darse si Hacienda inicia una comprobación sobre otras obligaciones conectadas con un impuesto determinado. Por ejemplo, si Hacienda revisa el Impuesto sobre Sociedades de 2021 y determina que ciertos gastos no son deducibles porque no están relacionados con la actividad, podría considerar que el IVA soportado por esos gastos tampoco es deducible. En este caso, el plazo de prescripción de las declaraciones de IVA también se verá interrumpido.
Interrupciones por parte de la empresa
La empresa también puede interrumpir el plazo de prescripción mediante sus propias acciones. Esto puede ocurrir si presenta una declaración complementaria, rectifica una autoliquidación o interpone una reclamación o recurso relacionado con una declaración tributaria liquidada por Hacienda.
Prescripción de Incentivos Condicionados
Condiciones futuras y ampliación del plazo
El plazo de prescripción de ciertos incentivos fiscales (como deducciones o exenciones) que dependen de cumplir una condición en el futuro también puede ampliarse. Por ejemplo, en el caso del incentivo de libertad de amortización por creación de empleo, cuya consolidación depende del aumento del empleo y su mantenimiento durante dos ejercicios siguientes, Hacienda tiene hasta el 25 de julio de 2029 para comprobar el cumplimiento de la condición si esta finaliza en 2024.
Conclusión
Es fundamental que las empresas comprendan los plazos de prescripción de impuestos y las situaciones que pueden interrumpir estos plazos. Mantener una buena organización y archivo de la documentación contable y fiscal es esencial para estar preparado ante cualquier actuación de Hacienda. Conocer estos detalles no solo ayuda a evitar sanciones, sino que también permite a las empresas gestionar mejor sus obligaciones tributarias y aprovechar al máximo los incentivos fiscales disponibles.
La comprensión y gestión adecuada de los plazos de prescripción puede marcar la diferencia en la salud financiera de una empresa y en su relación con Hacienda. Mantenerse informado y actualizado sobre las normativas fiscales es una práctica indispensable para cualquier negocio.