A veces los cambios fiscales parecen solo letra pequeña… hasta que te das cuenta de que puedes ahorrar una buena cantidad si juegas bien tus cartas. Eso es justo lo que está ocurriendo con la reserva de capitalización. Si no le has prestado atención hasta ahora, vas tarde, porque a partir de 2025 este incentivo se convierte en algo mucho más jugoso. Vamos por partes.

En 2024, la mejora ya es evidente
Hasta 2023, podías reducir un 10% del incremento de fondos propios en tu base imponible del Impuesto sobre Sociedades (IS). En 2024 ese porcentaje ya ha subido al 15%. No está mal. Pero la verdadera revolución empieza en 2025…
A partir de 2025, esto se pone interesante
La nueva Ley 7/2024 ha introducido una vuelta de tuerca que premia no solo que refuerces tu capital, sino que también crezcas en empleo.
El punto de partida es un 20% de reducción, pero si aumentas plantilla… el premio sube:
Aumento de plantilla |
Reducción aplicable |
Sin aumento o < 2% |
20% |
≥ 2% y < 5% |
23% |
≥ 5% y < 10% |
26,5% |
> 10% |
30% |
¿La condición? Que ese aumento de personal se mantenga al menos tres años. Nada descabellado si tu negocio está creciendo o si estás apostando por consolidarte.
Además: te dejan aplicar más reducción
Hasta 2024, la reducción total por este incentivo no podía superar el 10% de tu base imponible (antes de aplicar la propia reducción y las BINs). Pero a partir de 2025 ese techo se amplía al 20%. Y si tu empresa factura menos de un millón al año, sube aún más: 25%.
Vamos, que el incentivo ya no es solo interesante. Es estratégico.
Entonces… ¿cómo lo aprovechas?
Aquí viene lo importante: para sacarle el máximo partido, necesitas mostrar músculo contable. Pero sin inflar la base imponible, claro. La clave es que suban tus fondos propios, no tu factura fiscal.
¿Cómo se hace eso?
- No repartas dividendos: refuerzas el patrimonio y te colocas en mejor posición para aplicar la reducción.
- Ajusta bien las amortizaciones: si tienes activos en leasing o aplicas amortización acelerada o libertad de amortización, puedes contabilizar la amortización mínima. Eso sí, luego haces el ajuste extracontable negativo y sigues deduciendo lo que toca.
- Activa los créditos fiscales pendientes: por ejemplo, deducciones que no puedes aplicar aún por falta de cuota. Eso reduce el gasto por IS y eleva tu resultado contable. Win-win.
En resumen:
- Si aumentas fondos propios, ganas.
- Si contratas más personal, ganas aún más.
- Si sabes manejar el resultado contable sin inflar la base imponible, puedes llevarte una reducción brutal.
El mensaje es claro: no dejes que esta oportunidad pase desapercibida. 2025 puede ser el año en que le saques todo el jugo a un incentivo fiscal diseñado para premiar a las empresas que crecen con cabeza. ¿Vas a dejarlo pasar?